La Casa N6 se emplaza en un sitio esquina de 40×25 metros con una leve pendiente hacia el poniente, esta vivienda destaca por su diseño y estética.

Construida principalmente de acero y hormigón, la casa se diseñó con la finalidad de maximizar el espacio libre de terreno. Para ello, en primer piso se proyecto un volumen rectangular que contienen los recintos públicos de la vivienda y emplazado paralelo al deslinde poniente, luego un volumen en segundo piso de mayor superficie que nace de forma perpendicular con las habitaciones y espacios privados. 

De esta manera se logro que gran parte de la superficie de la vivienda se encuentre suspendida permitiendo un traspaso visual desde el acceso al jardín, ofreciendo una mayor sensación de amplitud y ligereza.

A partir de lo anterior, el corazón del proyecto se convierte en la caja de escalera, un elemento central que estructura gran parte del volumen suspendido. Este volumen se sostiene mediante una serie de vigas que se extienden perpendicularmente desde los muros, estructurando la losa que soporta el segundo piso y la cubierta. 

Para realzar la importancia de la escalera dentro del proyecto, se dejaron los muros de hormigón a la vista, resaltando su robustez y carácter estructural. Además, se diseñó una gran jardinera interior con un Acer Palmatum, la que es iluminada naturalmente por luz cenital, lo que enaltece y añade carácter al recorrido por este espacio, creando un ambiente único y significativo dentro de la vivienda.

Otra característica distintiva de la Casa N6 es su fachada poniente, completamente hermética vista desde la esquina. Esta fachada está diseñada para proteger la privacidad y controlar el ingreso solar mediante una serie de quiebras verticales, reduciendo la exposición desde la calle. A pesar de no contar con un cierre perimetral de gran envergadura, esta solución proporciona una sensación de privacidad y seguridad.

En contraste, la fachada oriente es totalmente translúcida y destaca por una viga metálica que recorre la fachada a modo de cinta, añadiendo dinamismo visual y complementando los grandes ventanales que aprovechan al máximo el paisaje montañoso circundante y las áreas verdes de la vivienda.

En su interior, la casa se caracteriza por espacios abiertos y una continuidad espacial lograda mediante el uso de terminaciones como la madera de cielo, presente en todos los espacios comunes. Este material no solo añade una sensación acogedora, sino que también refuerza la continuidad y el flujo visual del concepto abierto, invitando a una experiencia espacial integrada y fluida.

La estética del proyecto se define por los acabados negros de los metales estructurales y revestimientos de fachada, acompañados de muros de hormigón y piedra. Estas terminaciones se complementan con la calidez de los cielos, ventanas y quiebra vistas de madera, aportando en su conjunto sobriedad y elegancia al diseño.